¡Qué no te lo cuenten! Aunque puede ser una contradicción e invita a que no leas este artículo, lo cierto es que es mejor ver, pregunta y sentir, para crear una opinión… Y eso hemos hecho.
Hemos hecho la maletas y nos hemos embarcado en un viaje de esos que crean opinión, te hacen crecer y te presenta ante una realidad sangrante que hay que sentirla desde el corazón para entenderla desde la razón.
En estos días, desde el Secretariado de Migraciones, ante un aumento preocupante de la desinformación interesada y manipulación de la realidad que desde los medios de comunicación y político se nos ofrece sobre los migrantes, nos hemos acercado a Ceuta, junto con el coordinador responsable de la pastoral de migrantes en el Campo de Gibraltar y Ceuta, el Padre Livio Pegoraro, a conocer de primera mano esta realidad.
Y como es natural, esa información no se corresponde con la realidad que hemos vivido, donde ante el sufrimiento humano que conlleva el salir de tu hogar para buscar una vida digna, te encuentras con alambradas, muros y negativas. Y ante este rechazo, existen personas, como la Hermana Cande y Ramses, de la asociación Elin, que les abren los brazos y el corazón e intentan recuperar esa dignidad arrancada a los pies de un muro de vergüenza…
Nos han contado cómo funciona el CETI, cómo se han ido adaptando e improvisando los recursos a las personas que llegaban, cómo se convertían unas naves comerciales en centros de acogida, cómo se ampliaban los centros de menores, cómo se hacinaban las personas migrantes en grandes explanadas porque no había otro lugar, cómo no hay una política preventiva e integradora para atender a las personas que llegan y se crean otras que permitan a estas personas salir de Ceuta cuando ya están desbordados, cómo se hacen guetos (como el barrio del Príncipe, el que hemos visitado) y un sinfín de cosas… aunque luego digan que Ceuta es ejemplo de convivencia multicultural.
El secretariado de MIgraciones de la Diócesis de Huelva, te invita a descubrir las noticias, a los hermanos que siguen reclamando su lugar en el mundo, ese que también les pertenece.
Nos ponemos a su disposición a trabajar juntos ya que a muchas de estas personas migrantes después nos las encontramos en nuestra diócesis.
Chonchi Martín y Juan Rodríguez,
Secretariado Diocesano de Migraciones